La debida diligencia es una herramienta poderosa que ayuda a las empresas a prevenir riesgos y a proteger su reputación y finanzas. A continuación, presentamos dos ejemplos prácticos de cómo la implementación de esta práctica puede evitar daños significativos, tanto legales como económicos. Estos escenarios muestran cómo una gestión adecuada de la debida diligencia puede evitar involucrarse en situaciones riesgosas que de otro modo podrían haber resultado en graves consecuencias.
Ejemplo 1 – Prevención de Lavado de Activos
Imagina que una empresa importadora recibe un pedido considerable de un nuevo cliente internacional. El cliente ofrece pagar de una manera poco usual, con un esquema de pagos en efectivo que no tiene justificación clara. Si la empresa no tiene un sistema de debida diligencia implementado, podría pasar por alto señales de alerta, como precios significativamente fuera del mercado o métodos de pago inusuales.
Sin embargo, con un sistema SARLAFT bien definido, el equipo de cumplimiento de la empresa realiza verificaciones exhaustivas. Analizan la procedencia de los fondos, exigen la documentación necesaria y consultan bases de datos internacionales para conocer más sobre el cliente. Como resultado, descubren que el cliente tiene antecedentes sospechosos relacionados con entidades offshore y está vinculado a reportes de actividades inusuales.
Ante estos hallazgos, la empresa decide no proceder con la transacción, evitando así un posible esquema de lavado de activos. Esta decisión no solo evita una sanción legal casi segura, sino que también preserva la reputación de la organización, evitando que se vea involucrada en prácticas ilícitas.
Ejemplo 2 – Prevención de Soborno Transnacional
En otro escenario, una empresa del sector construcción está considerando asociarse con un agente local en otro país para facilitar la obtención de contratos gubernamentales. A simple vista, el agente parece estar bien relacionado y promete acelerar los trámites a cambio de una comisión de consultoría. Sin embargo, antes de firmar cualquier acuerdo, la empresa realiza una debida diligencia sobre el agente, aplicando los principios de PTEE (Programa de Transparencia y Ética Empresarial).
Durante la investigación, descubren que el agente ha sido mencionado en informes de prensa relacionados con sobornos en la región y que una de sus empresas previas figura en listas de personas jurídicas sancionadas por el Banco Mundial. Con esta información, la empresa decide no proceder con la contratación del agente, evitando el riesgo de involucrarse en un esquema de soborno transnacional.
Este ejemplo muestra que la debida diligencia no solo aplica a clientes, sino también a agentes, distribuidores y cualquier tercero que actúe en nombre de la empresa. Evitar que el negocio esté vinculado con actores corruptos ayuda a prevenir escándalos internacionales y proteger la integridad de la organización. Aunque la empresa decidió optar por canales comerciales más lentos, evitó involucrarse indirectamente en un esquema corrupto, lo que hubiera afectado gravemente su reputación y credibilidad.
Importancia de la Debida Diligencia
Estos dos ejemplos subrayan los beneficios tangibles de implementar buenas prácticas de debida diligencia en una empresa:
- Prevención de infracciones legales: Identificar riesgos de lavado de activos o soborno transnacional antes de que se materialicen permite a la empresa evitar sanciones y problemas legales que podrían comprometer su estabilidad financiera.
- Protección de la imagen corporativa: Asociarse con terceros de dudosa legalidad puede dañar la reputación de la empresa, pero un sistema efectivo de debida diligencia actúa como un filtro que asegura que las relaciones comerciales sean transparentes y seguras.
- Resguardo de las finanzas: La debida diligencia no solo evita sanciones y daños reputacionales, sino que también protege los recursos financieros de la empresa al prevenir fraudes, impagos y otras pérdidas económicas derivadas de relaciones comerciales riesgosas.
Estos escenarios reflejan cómo una debida diligencia sólida y continua puede ser el factor diferenciador entre el éxito y el fracaso en el entorno empresarial. Conocer a tus contrapartes, ya sean clientes, proveedores o intermediarios, es fundamental para prevenir la materialización de riesgos. Además, implementar procedimientos de debida diligencia no solo cumple con las normativas locales e internacionales, sino que también fortalece las relaciones comerciales, protegida la imagen de la empresa y garantiza un crecimiento seguro y sostenible.
En OPRAMS, ayudamos a las empresas a integrar prácticas de debida diligencia en cada aspecto de su operación, blindando sus negocios contra riesgos legales, reputacionales y financieros. ¡Contáctanos hoy para asegurarte de que tu empresa esté protegida!
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